Una lluvia violenta y salvaje
Aquel día amenazaba más tormenta
la DO
y la tormenta no se hizo de rogar;
FA SOL la
aunque más de uno creyera en los milagros,
DO
el que más y el que menos no sabía qué apostar.
FA SOL la
Porque el tiempo es el tiempo y él decide
cómo, dónde y cuándo quiere descargar;
y a las cuatro cayeron dos rayos
segando de cuajo otro árbol más.
Y cayó hasta calarnos los huesos
SOL DO
y cayó fría y sin compasión
FA SOL la
una lluvia violenta y salvaje
FA DO
hasta hacernos dudar de si existe Dios.
FA SOL DO
Y cayó hasta calarnos los huesos
como pernos de vía de tren,
una lluvia violenta y salvaje
hiriendo la carne, abollando la piel.
Y fundidos de rabia, impotentes,
miramos al cielo queriendo entender
por qué este brutal aguacero,
por qué los dos rayos, algo no va bien.
Y si no hay nadie que pueda detener
la tormenta que nos moja sin parar,
usaremos nuestra fuerza
tanto si está mal o bien
para estar secos por siempre de una vez.
Y cayó...
Cometimos el error de imaginar
que algún día todo esto tendrá fin,
pero aquí nunca es domingo
siempre cae más de lo mismo
porque el tiempo es dueño de la tempestad.
Y es posible que mañana sea igual,
ya veremos quien deja de existir,
porque un árbol vale tanto
como el precio de su hacha.
Hos es lunes, mes de octubre en mi país,
hoy es lunes, mes de octubre en mi país.
Y cayó...
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