Creo, sinceramente, que no existe amor más grande como el que conocí una tarde. Me salvó de mi vacío, estaba sola, encadenada; me ofreció su camino, viajaba sola; me dio entero su cariño, me sentí amada; y, como el que ve su sombra vi la mía iluminada. Una tarde, simplemente una tarde.
(per en Miquel)