Vi a mi gitano al abrir la puerta. Sus ojos invadieron la alcoba, sus manos repasaron mi cuerpo. Se empaparon las sábanas de sudor y besos. La luna, recelosa, vigilaba nuestro fuego. Su rostro moreno embriagaba mi cuerpo exhausto en el lecho. Suspiros que se mezclan Entre besos y jadeos. La luna, envidiosa, Nos miraba a lo lejos.
(octubre 2014)